Gracias por la imaginación

A muchas personas les parecerá extraño considerar que la comprensión en gran parte se basa en pensar en una cosa como si fuera otra. Sin embargo, exactamente eso es lo que hacen las analogías y las metáforas, permiten pensar y comprender una cosa en los términos de otra.

Gracias a los avances en el conocimiento del cerebro, desde los 80´s a esta parte, fue ganando terreno la idea de que el cerebro procesa y comprende conceptos gracias a proyecciones imaginativas de experiencias sensomotoras esquematizadas. Proyecciones imaginativas como las analogías y las metáforas.

Repaso algunos hechos de importancia señalados por la neurociencia actual:

a) El cerebro evolucionó para procesar movimientos, los organismos pluricelulares que se mueven de manera autónoma son los únicos que poseen cerebro. El cerebro puede controlar, estimar, calcular, predecir y simular movimientos y posiciones en un espacio mentalmente creado o recreado. Según Rodolfo Llinás, es una máquina de soñar.

b) Las experiencias concretas sensomotoras son la base de todo procesamiento superior.

c) Gracias a la neuroplasticidad, las redes neuronales pueden moldearse con experiencias reales y también con experiencias imaginarias.

Atendiendo al primer punto, considerando que el cerebro evolucionó para procesar y predecir movimientos, la simulación interna (imaginería mental) es el recurso fundamental para lograrlo. Mediante la función imaginativa podemos procesar movimientos antes de que ocurran y procesar movimientos que ya no están ocurriendo.

En relación al segundo punto, las experiencias concretas son la base de todo proceso superior debido a que causan la formación y activación de redes neuronales que posteriormente se pueden utilizar para el procesamiento de conceptos abstractos. Todo esto ocurre partiendo de los movimientos corporales en un espacio, la manipulación de objetos y las experiencias perceptuales.

De las experiencias sensomotoras que se reiteran regularmente el cerebro genera modelos abstractos o patrones esquemáticos (se llaman esquemas de imagen). Estas formas imaginativas esquemáticas no son formas visuales concretas o detalladas, son formas esquemáticas abstractas, con cierta estructura interna, que el cerebro utiliza para poder procesar y predecir experiencias.

Los esquemas de imagen son estructuras abstractas significativas que utilizamos como herramientas cognitivas mucho antes de crear símbolos u operaciones simbólicas. Por tal motivo, también se les denomina esquemas preconceptuales. Son estos esquemas preconceptuales los que posteriormente se proyectan en analogías y metáforas.

Pensemos en la enorme cantidad de actividades de supervivencia que implican interacciones recurrentes con presas, predadores, alimentos, compañero/a sexual, territorio, objetos deseados, herramientas, armas, congéneres. Los esquemas imaginativos que se van formando constituyen la base que brinda el apoyo estructural para la proyección posterior de analogías y metáforas mediante las que comprendemos y generamos sistemas conceptuales cada vez más abstractos.

La síntesis de esta secuencia sería:

• El cerebro evolucionó para procesar movimientos mediante el sistema cerebral sensomotor.

• La simulación interna del movimiento es esencial para calcular, ajustar y predecir movimientos.

• Entre las experiencias sensomotoras existen experiencias sensomotoras recurrentes.

• A partir de las experiencias sensomotoras recurrentes se abstraen esquemas de imagen.

• Los esquemas de imagen brindan la estructura abstracta para la proyección imaginativa de metáforas conceptuales.

• Las metáforas conceptuales determinan y permiten el procesamiento de conceptos en el lenguaje proposicional.

En esta secuencia podemos apreciar que la imaginación es fundamental tanto para la simulación, como para la generación de esquemas de imagen, como para la proyección de analogías y metáforas.

Contra toda la corriente de pensamiento dominante en nuestra cultura avanza la idea de que el cuerpo y la imaginación son mucho más fundamentales para nuestra capacidad cognitiva que nuestra razón y lenguaje.

Por Patricio Jorge Vargas

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