miércoles, diciembre 20, 2006

Actividad física, una gran amiga de la memoria

Una investigación llevada a cabo por científicos estadounidenses, confirmó lo que muchos preveían desde hace tiempo: una vida activa y en movimiento ayuda a mejorar las funciones cognitivas y de memoria, entre muchas otras.

Siempre se presumió que la actividad física podría tener relación con una mejor aptitud cerebral, pero gracias a una serie de estudios desarrollados por la universidad de Illinois, en los Estados Unidos, esta suposición terminó siendo una comprobación empírica, que arrojó como resultado que, efectivamente, a mayor actividad aeróbica, menor degeneración neuronal.

Por ejemplo en 1999, los mismos científicos que realizaron el estudio de la universidad de Illinois, habían observado que un grupo de voluntarios -que durante 60 años habían llevado una vida muy sedentaria- luego de una caminata rápida y sostenida de 45 minutos tres veces a la semana, habían logrado mejorar sus habilidades mentales, las cuales suelen declinar con la edad. [...]

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martes, diciembre 12, 2006

Resintonizando el presente

Imagínate que eres un boxeador y que en la mitad de un combate por el campeonato, por la razón que fuera, dejaras de estar mentalmente allí. Tu integridad física sufriría las consecuencias en cualquier momento. Muchas veces, por motivos muy variados, podemos encontrarnos en un estado similar de dispersión y riesgo. Las consecuencias de la pérdida de sintonía con el aquí y ahora pueden ser muy serias., van de no entender nada a sufrir un accidente.

La particularidad extraña de este estado es que puedes ser consciente de estar sufriéndolo pero parece que nada pudieras hacer para evitarlo. Es pura inercia.

Este recurso es para ayudarte a “resintonizar” el tiempo presente al tiempo que refuerzas tu capacidad de concentración.

Antes que nada, imagina que puedes funcionar en tres modos distintos: modo intelectual (de los pensamientos), modo emocional (el de las emociones) y modo sensorial (el de las sensaciones físicas). Puedes funcionar en los tres modos simultáneamente, en pares o por separado.

Cuando seas consciente de que te has salido de tiempo presente...

  1. Elige funcionar en el modo sensorial solamente. Asegúrate bien que cambias tu mente de pensamientos a sensaciones.

  2. Tienes que hacer alguna actividad sencilla; puedes hacerlo mientras cocinas, corres, limpias, te vistes, te duchas, etcétera.

  3. Observa a tu propio proceso de atención mientras realizas estas acciones y mientras experimentas sensaciones físicas (recuerda que estás funcionando en modo sensorial)

  4. Luego agrega el funcionamiento en modo emocional y observa el tono emocional que experimentas durante las sensaciones: agrado, desagrado, inquietud, monotonía, interés, etcétera.

  5. Cuando tu mente intente volver al mundo de los pensamientos llévala enseguida a cualquier sensación física, por trivial que sea.

  6. Continúa observando las sensaciones y emociones que van y vienen. No debes encender el modo intelectual. No debes seguir pensamientos ni analizar nada.

  7. Sigue así hasta que notes fluidez en tus movimientos (recuerda que estás haciendo alguna cosa relativamente sencilla)

Cuando te percates de que te mueves con fluidez es porque resintonizaste tiempo presente y naturalmente permanecerás sintonizándolo por un buen rato. Puedes reiniciar el modo intelectual. Notarás la diferencia inmediatamente.

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martes, diciembre 05, 2006

Memorizar con el cuerpo

Cuando se trata de memorizar, de estar seguros de poder recordar, todos tenemos que hacer algo más o menos complicado para lograr asegurar el recuerdo. Repetir, asociar, aplicar recursos mnemotécnicos. Hemos visto varios recursos para ello. Esta vez, veremos cómo memorizar utilizando a nuestro propio cuerpo. Está dentro de las fórmulas más simples.

Veamos cómo es:

  • Primero debemos tener una lista de los elementos que deseamos memorizar. Es muy importante que consideremos esto: debemos reducir lo que deseamos memorizar a un listado de palabras clave. Las palabras clave deben ser los disparadores del recuerdo, como cuando nos acordamos de todo lo que representa para nosotros la palabra "ceremonia". No es muy útil hacer un listado de frases o párrafos y, además, terminamos descubriendo que es innecesario.

  • Una vez que tenemos la lista, empezando por el primer elemento de la misma, nos hacemos una imagen mental del elemento. Es necesario tener una imagen mental del elemento, no importa si es una palabra concreta o abstracta, conocida o desconocida. Aquí la consigna es tener una imagen mental del elemento. Y esto no significa tener una imagen mental de un cartel luminoso con la palabra. Así que la imagen debe ser de algo tangible que represente para nosotros a la palabra. Ejemplos: si la palabra fuera misión podríamos ver mentalmente a un grupo comando, armado hasta los dientes, como los que tantas veces se ven en las películas. Si la palabra fuera oxaluria podríamos ver mentalmente a una osa con furia, o a una osa solamente. Si la palabra fuera jurisprudencia, aunque no supiéramos exactamente qué signifique, sabiendo que se relaciona con la justicia y los jueces, podríamos imaginar a un juez dictando sentencia en la corte o a la estatua de la justicia o a un juez, con su atuendo típico, cruzando una avenida por la senda peatonal, prudentemente.

  • Una vez hecha la imagen mental del elemento la relacionaremos imaginariamente y estrafalariamente con una parte de nuestro cuerpo. Conviene hacer esto siguiendo un cierto orden. Comenzaríamos por nuestro cabello y seguiríamos hasta los pies. Verás que tenemos suficientes partes en nuestra anatomía como para memorizar una lista medianamente larga. Fíjate: cabellos - nuca - frente - cejas - orejas - ojos - nariz - boca - mentón - cuello - hombros - codo - mano - pecho - espalda - abdomen - genitales - glúteos - rodillas - pies. Ejemplos: a la imagen mental del primer elemento podemos asociarla imaginariamente con nuestro cabello. Suponiendo que se trataba de misión, nos imaginamos al grupo comando tirando de nuestro cabello o cortándonos el cabello con sus armas. Si la palabra fuera oxaluria, nos imaginaríamos a la osa furiosa jalándonos del cabello. Si la palabra fuera jurisprudencia, podríamos imaginarnos al juez cortándonos el cabello.

Así se procede con toda la lista. Verás que te costará muy poco comenzar a aprovecharte de este "truco". El mejor resultado lo tendrás si realmente sabes lo que significa cada palabra clave que hayas anotado en tu lista.

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lunes, diciembre 04, 2006

Fomentando el buen ánimo

A menudo, una mente monótona, demasiado ensimismada o seria, no rinde lo que podría rendir y es todo lo contrario de lo que se necesita. En general, podemos contar con la chispa creativa si disponemos de la soltura que acompaña al buen ánimo. Lamentablemente, el buen humor no es algo tan común como para que no tengamos necesidad de fomentarlo.

Si necesitas levantar el ánimo y refrescar la mente te recomendamos adquirir gradualmente a tres hábitos clave:

1) Para el agobio o sensación de fuerte presión, cuando todo parece demasiado serio, o si estamos empantanados, debemos responder tomándonos breves descansos, desconectándonos de todo. Es algo muy importante a tener en cuenta, a pesar de su simplicidad.

2) No menos de 10 veces al día, en distintos momentos, tenemos que mirar las cosas al revés, desde ángulos extraños, buscando perspectivas raras. El extraordinario efecto de este hábito consiste en que nos proporciona siempre una renovada energía mental.

3) Tenemos que transformarnos en coleccionistas de rarezas mentales: ideas en desuso, extrañas, llamativas, fuera de lo común, divertidas, profundas. Tratemos de tenerlas disponibles en nuestra mente, aprendiéndolas, para recurrir a ellas oportunamente.

Si desarrollamos estos tres hábitos dispondremos de más recursos mentales además de disfrutar de mejor humor.

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Puesta a punto del sentido común

Muy frecuentemente, para obtener el máximo provecho de los recursos disponibles conviene pensar en términos de sencillez y sentido común.

Lamentablemente, el sentido común no es algo tan sencillo ni tan común.

Te sugerimos implementar estos principios hasta que formen parte de tu enfoque personal:

Más cautela con las personas.
Las cosas a veces son lo contrario de lo que parecen. Esto es porque algunas personas intentan adaptarlas a sus intereses personales. Ante esto, es mejor aprender a ser cautelosos con elegancia y naturalidad. El sentido común es enemigo del descuido.

Escuchar más a la gente.
El sentido común es pensamiento compartido por muchas inteligencias. Si sólo atendemos a lo que pensamos o decimos entonces no tenemos mente ni oídos alerta, perdemos contacto con el sentido común.

Más sensibilidad con lo que pasa.
Solemos desear que las cosas sucedan de una manera, pero las cosas se desarrollan fuera de nuestro control. El sentido común busca sintonizar armoniosamente con el rumbo que siguen las cosas.

Más humildad.
El sentido común se basa en la consideración inteligente de la realidad. Pero la consideración inteligente se desvirtúa cuanto más se tiña a las cosas con el subjetivismo del ego, puesto que más distorsión habrá de la realidad. Con humildad podemos tener una habilidad aplicándola de manera más realista. Nuestro ego no define a la realidad, la deforma.

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La mejor ubicación en clases y conferencias

Las clases y las conferencias significan una fuente de aprendizaje y estímulo intelectual que debiéramos saber valorar y aprovechar al máximo.

Generalmente, lo que nos cuesta interpretar en un texto puede desbloquearse completamente gracias a la hábil exposición de un docente u orador competente. Por tal motivo - si realmente nos proponemos dominar o comprender un tema nuevo - no tenemos por qué apostar todas las fichas únicamente a la lectura (aunque siempre sea fundamental leer los textos).

En base a este principio o norma estratégica, conviene saber cuál es el secreto de la audición óptima de una clase o exposición oral.

He aquí la clave: aunque parezca extraño, la mejor manera de aprovechar las exposiciones no es - como se suele creer - una buena toma de apuntes. El truco está en la mejor ubicación respecto al expositor. Y no hay mejor ubicación que en las primeras filas, cerca del expositor. Hay razones psicológicas y neurofisiológicas de peso.

Te invitamos a comparar el impacto sensorial y psicológico de una clase recibida en las últimas filas con respecto a una clase recibida cerca del expositor. La diferencia cualitativa y cuantitativa en la comprensión y el recuerdo es contundente.

Recuerda, siempre que sea posible ubícate cerca del expositor; ganarás un importante plus en comprensión y memoria.