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Disposición para aprender
Una de las realidades más obvias y
descuidadas es que sólo aprendemos cuando estamos dispuestos a aprender.
Teniendo en cuenta esta verdad, si queremos aprender mejor, debemos
tomarnos un tiempo para prepararnos mentalmente mejorando nuestra
disposición para asimilar.
Adopta estos consejos para ayudar a tu mente a estar bien dispuesta a
aprender:
-
Prepárate para aprender en cualquier
momento y en cualquier situación. Con saber observar ya estarás
aprendiendo. Desarrolla tu arte en esto, juega con ello pero no lo
abandones nunca. Descubrirás un universo de oportunidades.
-
No esperes aprender con el método de
confirmar tus ideas, gustos y puntos de vista. Mejor que eso, investiga en
material que exponga otros gustos y perspectivas ante un tema. No es
necesario que renuncies a nada, sólo estás ayudándote a profundizar tu
entendimiento de las cosas.
-
No avances ni te deslices por encima
de lo que no comprendes. Mantén tu mente trabajando en terreno firme,
trata a las confusiones de a una. Si es necesario, retrocede hasta donde
el material seguía teniendo sentido para ti.
-
Entérate de lo que ignoras o no captas
de un tema. El mejor método hasta el momento es la representación. Si algo
no puedes representártelo, aunque sólo sea en tu mente, es seguro que algo
está sin comprenderse.
-
Revisa lo que sabes de un tema antes
de estudiarlo. Si vas a estudiar, antes de tocar el material, tómate unos
minutos y anota esquemáticamente todo lo que ya sabes del asunto; sean
conocimientos directos o indirectos acerca del tema. Te ayudará a
descubrir las áreas que necesitas rellenar con conocimientos nuevos y
también afinará tu captación del material.
-
Si vas a estudiar de un libro, decide
siempre antes hasta qué parte del texto estudiarás. Es fundamental que
esto lo hagas teniendo en cuenta que deberá ser una parte completa, ya sea
una sección, un capítulo o un artículo. No estudies sin saber
conscientemente hasta dónde llegarás.
Patricio J. Vargas Gil
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Lo que no quieras
En cuestiones de ingenio, hay utilidad tanto en lo que queremos como en lo
que no queremos, en lo positivo como en lo negativo.
Muchas veces, ante una dificultad en la vida o situación difícil, no
sabemos muy bien lo que queremos. En tales casos, te recomendamos que
apliques este pequeño y provechoso "truco": haz un listado de lo que no
quieres. Realmente simple. Pero fíjate cuál es la lógica detrás.
Así como se talla una madera o una roca, quitando lo que no sirve para la
obra pensada, quitas el excedente que percibes como lo que no quieres de
una situación. De esa manera, liberas unidades de atención que
subconcientemente y automáticamente se nuclean alrededor de estos ítems.
Para tu mente es inevitable otorgarle atención a lo que no deseas pero si
tú te anticipas realizando el listado de ello, liberas unidades de
atención y entonces tendrás más disponibles para trabajar bajo tu control.
Ejemplos: Puedes hacer un listado de lo que no quieres cuando le hables a
tu jefe, cuando recibas a una visita desagradable, cuando tengas que hacer
un reclamo, cuando vayas ante la mesa de examen, cuando solicites un
favor, etcétera. Incluso cuando te cuesta aprender un tema difícil.
Patricio J. Vargas Gil
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Para estimular el ingenio
Observa más de cerca a las cosas que aparentan ser
inconexas. Préstales más atención que la habitual y trata de encontrar en
ellas similitudes, la idea es que puedas hallar en qué se parecen cosas
que de primera impresión son distintas. Este tipo de práctica te servirá
para estimularte a descubrir aspectos que habitualmente se descuidan.
Además, es esencial desarrollar tal habilidad para utilizar con potencia y
creatividad tu inteligencia.
Puedes comenzar con cosas muy simples, como objetos sencillos, animales,
etc. Por ejemplo:
Si buscaras hallar las similitudes entre un caballo y un reloj, podrías
enumerar...
-
ambos pertenecen al universo físico.
-
ambos se hallan en la Tierra.
-
ambos tienen una existencia limitada.
-
ambos marcan un ritmo, el caballo con el galope (o el
corazón) y el reloj con el tic tac.
-
ambos tienen un dueño
-
etcétera.
Cuando vayas a realizar esta práctica, sólo acuérdate de
hacer una lista lo más extensa posible con las respuestas que se te
ocurran. No es necesario ser puntilloso, como habrás visto en el ejemplo.
Esta práctica puedes hacerla prácticamente en cualquier situación de ocio
y, aún siendo sencilla, es excelente para agudizar tu ingenio y tu
capacidad de control de la atención.
Patricio J. Vargas Gil
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Uso alternativo de los oráculos
Una buena forma de convertir tu mente en una fábrica de ideas es usar
"conceptos disparadores", palabras que provoquen una asociación fresca de
ideas en tu mente. Para ello, son muy adecuados los " métodos oraculares"
Según dicen los expertos, el propósito de los oráculos más conocidos no es
tanto el predecir el futuro sino ayudar al usuario a indagar más
profundamente o más ampliamente. Funcionan como estimuladores muy
potentes. Los griegos se valieron del oraculo de Delfos, los chinos del I
Ching, otros del Tarot, los escandinavos de las Runas y los indios
norteamericanos de las Ruedas medicinales.
Si te animas, puedes crear tu propio efecto estimulador o desbloqueante
haciendo esto:
-
Haz una pregunta. Tal vez debas escribir la pregunta para
concentrar tu atención.
-
Genera una respuesta aleatoriamente con el método oracular
que prefieras (I Ching, Tarot, etc.). La respuesta aleatoria que obtienes
es importante porque lo imprevisible de esta nueva entrada te forzará a
mirar de una nueva forma al problema o situación en la que deseas
intervenir.
-
Interpreta el trozo de información obtenido por el oráculo
como una respuesta a tu pregunta.
Notarás que las respuestas son fuertemente sugestivas
puesto que las mismas aportan un significado alegorizado en el resultado
que puedes obtener.
Lo más importante, para lograr algo con este tipo de actividad, es tener
una mente abierta y receptiva. Se ha hallado que estos métodos oraculares
son altamente productivos cuando se les aplica con la intención de
estimular nuevos enfoques a un problema o situación.
Patricio J. Vargas Gil
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Ajuste simple
Consideramos coordinación mental a la
capacidad de dirigir y regular a todos los componentes y funciones de la
actividad inteligente, con equilibrio y precisión. La coordinación mental
es fundamentalmente necesaria siempre que se requiere de precisión,
eficacia y exactitud.
Si deseas elevar tu nivel de coordinación mental tienes un recurso simple,
adaptable a cualquier situación. Sólo serán unos minutos y tendrá el
efecto de estimular a un mayor ajuste mental:
"Contar y clasificar"
-
Trata de adoptar una postura psicológica de
concentración relajada, sin tensiones. Te tomará un instante.
-
Inmediatamente, comienza a clasificar todo
lo que veas ahora. Fíjate dónde estás y cuenta, clasificándolas, a las
cosas que tienes alrededor. Ejemplo: cuántas personas hay, cuántos
hombres, cuántas mujeres, cuántos artefactos eléctricos, cuántas flores,
cuántos rostros, etc.
-
Categoriza según un criterio, como por
ejemplo: todo lo que está a mi espalda, todo lo que está a mi derecha,
todo lo que tengo al frente, etc.
-
Asígnale un número o código distinto a todo
lo que ves. Inténtalo seriamente.
-
Clasifica formas, tamaños, colores, etc.
Manteniendo una concentración sin tensiones en todo momento.
Cuando sientas que has terminado haz unas
cuantas inspiraciones profundas y lentas. Cierra los ojos y disfruta la
sensación de poseer eficacia y precisión. Al llegar aquí, ya has subido tu
nivel de coordinación mental.
Patricio J. Vargas Gil
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Magia mental
Supón que tienes que exponer una lección ante una mesa de examen. Luego,
supón que antes de que ocurra el evento te lo imaginas. Hecho eso, puede
ser que notes que te sientes temeroso o que te sientes con confianza en
lograr una buena nota.
Según sea tu respuesta creativa a la idea de dar ese examen será el estado
o condición de tu mente y los resultados - o respuestas del mundo - que
posteriormente obtengas.
Decimos siempre que nuestra condición mental deriva del "universo" que nos
creamos.
Recomendaciones:
Para crear el universo que necesitas, debes crear el universo que deseas;
y para ello, necesitas ser creativo intencionalmente e inteligentemente.
El secreto para lograr lo que deseas está en cómo te representas las cosas
a ti mismo.
Si te representas el universo como un lugar en donde puedes lograr lo que
deseas, y eres coherente y persistente con eso, conseguirás resultados
memorables que no conseguirás si te representas el mundo como un lugar
donde es imposible tener éxito en nada o donde impera la injusticia.
Todos, continuamente, nos representamos multisensorialmente al universo
externo, esto es con visión, sensaciones y audición; todo en nuestra
imaginación, en nuestra mente. De ello deriva (sobre todo) cómo responde
nuestra mente al universo externo, el que está allí afuera.
Los individuos que logran mejores resultados son aquellos que mantienen
una representación interna del resultado que desean obtener, y actúan
constantemente con tal representación in mente. Por supuesto, antes tienen
una representación del universo que les favorece y al que ocasionalmente
contrastan - y no se disuelve por ello - con los acontecimientos externos
adversos. Ante la angustia, persisten en crear una representación
favorable constante con el resultado deseado y actúan coherentemente con
esa representación en la mente. Y es así que están en una condición mental
ideal para alcanzar los resultados deseados. Es lo más cercano a la magia
que podemos llegar.
Recuerda, puedes superar la oposición y la adversidad creando
inteligentemente el universo mental adecuado, que sea coherente con la
creación mental del resultado deseado. Luego, actúa en sintonía con tu
creación, confiando racionalmente en que puedes lograr el resultado
deseado.
Investiga a quienes superaron grandes adversidades y la oposición
continuada; siempre hallarás en ellos muy claros ejemplos de esta "magia"
mental.
Patricio J. Vargas Gil
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