jueves, agosto 30, 2007

Pausa reflexiva

Demasiado a menudo no somos conscientes de lo que damos por sentado en nuestro pensamiento. Permanentemente nos hallamos ante la posible influencia sobre nuestro pensamiento por parte de las declaraciones, conclusiones, formas de hacer las cosas y normas. Esto es natural pues estamos integrados en familias, escuelas, clubes, grupos, etc., y fundamentalmente porque somos receptores pasivos y activos de lo que los medios nos transmiten.

El riesgo de este "bombardeo" perceptivo es el de aceptar e incorporar acríticamente cosas que entorpecen la habilidad de pensar con eficacia. La idea es concientizarnos de esto y detenernos a reflexionar antes de aceptar una conclusión sobre algo.

Cuando leas u oigas declaraciones "concluyentes" pregúntate inmediatamente qué querrías saber acerca de eso; qué preguntas podrías plantearle a la persona que hizo la declaración o qué te causa curiosidad de tales declaraciones. La idea es tener claro qué más querrías saber antes de decidir qué creer.

Recuerda estas preguntas antes de aceptar conclusiones de otros:


¿Cuál es la fuente de la conclusión? ¿Es creíble?
¿Cuál es el contexto de las conclusión?
¿Qué pruebas se brindan para la conclusión? ¿Son objetivas, exactas y pertinentes?
¿Qué supuestos están implicados en la conclusión? ¿Son realistas? ¿Son válidos?
¿Qué términos claves se están utilizando en la conclusión? ¿Cómo se definen? ¿El lenguaje es claro y específico?
¿Qué tendencia o interés se refleja en la declaración o conclusión? ¿Cuál podría ser la motivación?

Tómate unos cuantos días para analizar de esta manera el aluvión de conclusiones con las que convivimos. Te ayudará a generar un excelente "protector" intelectual.

Etiquetas:

jueves, julio 05, 2007

Preguntar y hallar respuestas

Una de las mejores maneras de aprender es haciendo buenas preguntas. Sin embargo, es bastante común que no siempre sepamos qué preguntar y/o que estemos habituados a la recepción pasiva de la información.
Cuando se trata de preguntar, no sólo podemos preguntar a las personas que saben, también podemos preguntar a los libros. Lo cierto es que uno aprende hábilmente cuando sabe preguntar y cuando sabe cómo obtener las respuestas.

Te proponemos una manera muy sencilla de generar el hábito y la habilidad de preguntar tanto como de hallar respuestas:

Todos los días, durante una quincena, tienes que proponerte pensar 5 preguntas distintas relacionadas con alguno de los siguientes temas (un tema por cada día de la semana):

Lunes - Psicología
Martes - Filosofía
Miércoles - Biología
Jueves - Astronomía
Viernes - Física
Sábado - Religión
Domingo - Arte

La consigna es simple: trata de hacer preguntas que te permitan aprender algo nuevo en cada tema. No tienes que repetir ninguna pregunta y tienes que hallar las respuestas por ti mismo, buscando en libros o preguntando a quienes sepan de cada tema. Tienes que comprometerte a realizar este trabajo como mínimo por dos semanas. Aumentará tu habilidad para aprender mediante preguntas y también tu habilidad de hallar las respuestas que necesites.

Etiquetas: